1. Mantén la limpieza
Uno de los aspectos más importantes para prevenir las alergias y el asma en el hogar es mantener una limpieza adecuada. Esto implica mantener los pisos y las superficies libres de polvo y alérgenos, utilizando productos de limpieza que no causen irritación. Aspira regularmente las alfombras y los muebles tapizados, y utiliza fundas antialérgicas para los colchones y las almohadas.
Además, recuerda limpiar los filtros de aire acondicionado y calefacción con frecuencia, ya que acumulan polvo y pueden esparcirlo por toda la casa. También es importante ventilar los espacios regularmente, abriendo las ventanas para permitir la circulación de aire fresco.
2. Controla la humedad
La humedad excesiva puede favorecer la proliferación de ácaros y moho, dos de los principales desencadenantes de alergias y asma. Utiliza un deshumidificador en las áreas más húmedas de tu hogar, como el baño y la cocina. Asegúrate de que no haya fugas de agua que puedan generar humedad adicional.
Por otro lado, si vives en un área muy seca, considera utilizar un humidificador para evitar que el aire se vuelva demasiado seco, lo cual puede irritar las vías respiratorias.
3. Elimina los alérgenos
Identifica y elimina los alérgenos que pueden desencadenar síntomas de alergia y asma en tu hogar. Esto puede incluir el polvo, los pelos de mascotas, el polen, los ácaros y los productos químicos irritantes. Utiliza fundas protectoras en los colchones y las almohadas para evitar la acumulación de ácaros, y mantén a tus mascotas fuera del dormitorio.
Si eres alérgico al polen, evita abrir las ventanas durante la temporada de polinización y utiliza un filtro de aire en tu hogar. Además, presta atención a los productos de limpieza y de cuidado personal que utilizas, optando por aquellos que sean hipoalergénicos y libres de fragancias.